Preocupación excesiva durante el embarazo

Estás embarazada y te preocupas mucho por todo. Tal vez sientes que es en exceso y que ya no sabes que hacer.

Que sepas que no, no estás loca. No eres más que embarazada. Y lo que estás experimentando es normal, – y casi inevitable – un efecto secundario del embarazo, uno que compartes con la gran mayoría de las otras mujeres embarazadas. La preocupación es una de los síntomas más comunes afectando más a las mujeres que las náuseas y los antojos de alimentos combinados.

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Así que en primer lugar, no debes preocuparte demasiado. La preocupación viene con el embarazo (y esto es por tu pareja también). Muchos futuros papás se angustian mucho cuando su pareja se queda embarazada, siendo eso algo perfectamente normal y comprensible.
En segundo lugar, trata de centrarte en los aspectos positivos (¡Vas a tener un bebé y a ser mamá! ¡Esto es algo muy emocionante!).
Tercero, intenta poner la situación en perspectiva. Recuérdate a ti misma (que sea tu mantra si te ayuda) que nunca ha habido un momento en la historia más seguro para tener una bebé. Con la atención médica de hoy día y la tecnología avanzada de la que disponemos (pruebas especializadas, ecografías) las mujeres embarazadas están en excelentes manos.

Recuerda también que las manos más importantes en las que estás son las tuyas propias. Cada zanahoria o puñado de nueces que comes así como cada vez que tienes una cita con el médico, estás aumentando las posibilidades, ya notables, de que todo vaya bien. No olvides que vas a tener uno de los mejores regalos de la vida, un hermoso bebé.

Sin duda, también te resultará muy útil compartir tus preocupaciones con otras futuras mamás. A veces, el hecho de saber que no estás sola es una razón menos para angustiarse. Para ello están las clases de preparto, en las que compartes tu vivencia con otras madres que están en tu misma situación.

La principal preocupación de una embarazada

 

Una de los principales quebraderos de cabeza de una mujer en estado de gestación es el preguntarse si serás buena madre. De hecho está comprobado que esta preocupación afecta a más del 80% de las embarazadas primerizas.

Hay ciertas características hacen que una persona sea más propensa a ser un buen padre o madre. Muchas mujeres desarrollan de forma natural estas cualidades con el tiempo. Pero también puedes despertar activamente estas cualidades para que estén presentes en caso de que optar por ser una futura mamá Te mostramos cómo.

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Atenta a tu intuición
Eres capaz de detectar que tu pareja está molesta por ligeras señales. También sabes que algo le ocurre a un compañero de trabajo por pequeños detalles. Dado que los bebés no pueden verbalizar sus sentimientos, tendrás que utilizar las señales indirectas como estos para interpretar las necesidades de tu bebé.

Capacidad de mantener la calma
Todo el mundo se puede desesperar en un momento dado, pero las mujeres que son capaces de atender a sus emociones antes de enloquecer tener una ventaja a la hora de ser madres.
Intenta mantener la calma, para ello solo tienes que mirar lo que está provocando esta situación en perspectiva. Muchas veces nos desesperamos por cosas que luego vemos que no eran tan importantes.

Pide ayuda
Cuando las tareas se convierten en algo que es demasiado para ti sola y te ves desbordada, has de saber que te está sucediendo lo más normal. Si tu y tu pareja no dais a basto en un momento dado, no dudes en pedir ayuda. Recuerda, tienes familia, amigos y abanico de personas que seguramente estarán encantadas de echar un cable cuando te haga falta. Antes de desesperar, pide ayuda.

Actitud lúdica
Un rasgo de paternidad vital está en el divertimiento. Esto ayuda a interactuar con los niños mejor y poder formar parte de su mundo. Diviértete con tus hijos, eso no quita puedas ser un referente y una buena madre.