Estoy embarazada, ¿y ahora qué hago?

Así que has hecho una prueba y resulta que sí, estás embarazada.

Hay muchas cosas importantes que tendrás que hacer después de obtener una prueba de embarazo positiva. Un montón de decisiones será necesario hacerse. Lo primero puede ser ponerte en contacto con tu médico para obtener un análisis de sangre si es que quieres confirmar tu embarazo. Si deseas mantener el embarazo, tendrás que consultar con un ginecólogo para hacer un seguimiento del progreso de embarazo y que tendrás que empezar a tomar una vitamina prenatal.

Así que estás embarazada y deseas tener a tu bebé, ¿ahora qué?, tendrá que pensar la forma de notificarlo. La primera persona que debe saberlo es tu pareja. Después, cuando los dos lo hayáis hablado tendréis que avisar a la familia y amigos. Muchas personas optan por esperar hasta después de 12 semanas cuando la incidencia de aborto involuntario baja. Esto les ahorra el problema de explicar a los demás por qué de repente no estás embarazada. Esta puede ser una buena opción si se han tenido abortos involuntarios con anterioridad o si tienes una condición que eleva el riesgo de aborto involuntario. Algunas personas prefieren tener decirlo y tener un apoyo en caso de un aborto involuntario con su familia y amigos.

Has avisado a la familia, pero… ¿lo dices en tu trabajo?. Hay pros y contras para decirle a tu jefe que estás embarazada y pueden variar con las circunstancias de cada persona. Si tienes un trabajo físicamente exigente, es probable que sea mejor decirlo para notificarles el cambio de tu condición. Si de repente te encuentras sufriendo efectos secundarios negativos del embarazo, tales como fatiga extrema o malestar por la mañana, puede que tengas que explicarlo para justificar los días de enfermedad o constantes viajes al baño. ¿Tienes suficiente tiempo de baja por enfermedad o vacaciones en el trabajo para tus citas con el médico?.

Lo más importante que puedes hacer ahora es cuidar de ti misma. Comer bien, descansar con frecuencia y mantener el estrés al mínimo. Suena más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad?